REVISTA DE INGENIERIA DYNA

El humor es denominador común en este acto en el que se otorgan a las investigaciones o hechos científicos más absurdos, pero realizados con toda seriedad y, en su mayor parte, avalados por su publicación en revistas de prestigio tras pasar la evaluación de sesudos académicos. Nada menos que tres premios Nobel auténticos, los de Economía en 2007 y 2016 y el de Física en 2005, estuvieron presentes.

La novedad este año ha sido que el premio en Obstetricia ha sido concedido a un grupo español, de tres investigadores radicados en Barcelona, sobre LA EXPRESIÓN FACIAL DEL FETO EN RESPUESTA A LA EMISIÓN DE MÚSICA INTRAVAGINAL, publicado en la revista ULTRASOUND. Esta publicación está avalada por The British Medical Ultrasound Society. Además, ha sido respaldado por una patente.

Pero como ingenieros, el que de verdad nos interesa es el premio tecnológico, que ha correspondido en la especialidad de Hidráulica al coreano Jiwon Han, por la publicación en la revista Achievements in the Life Sciences de la Universidad Federal Far Eastern estadounidense del ESTUDIO SOBRE EL FENÓMENO DEL VERTIDO DE CAFÉ EN UN RÉGIMEN DE PEQUEÑOS IMPULSOS.

¿Qué se contiene bajo título tan complejo? Pues nada menos que analizar el por qué, repetimos sus palabras, “rara vez somos capaces de transportar a pie una taza de café sin derramar parte del contenido, por lo que, dado lo habitual del fenómeno, todo lo que se nos ocurre como justificación es decir: “¡Tío, has llenado demasiado la taza!”.

Para superar la falta de ciencia en esta simple afirmación, el autor, a lo largo de 15 páginas, desarrolla una investigación teórica y experimental, aplicando diferentes tipos de oscilaciones a recipientes con niveles variables de varios líquidos. Finalmente concluye que la resonancia de la oscilación según la frecuencia para cada líquido es la causa de los derrames y que, en caso de realizar un transporte manual, la mejor solución sería caminar hacia atrás o sujetar la taza de café con la mano en forma de pinza.

Como dice la entidad organizadora Annals of Improbable Research, lo que se pretende con estos premios es hacer primero reír, pero después, pensar.