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JULIO 1928 - Volumen: 3 - Páginas: 1-15
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El observador corriente curioseando en la Ciencia, mira en la historia de ella, y al darse clienta de la variedad de las ideas, diferentes y muchas veces opuestas, que sucesivamente ha ido sustentando, y que en cada epoca se han ensenado oficialmente como verdades, no puede menos de sentir un cierto excepticismo sobre lo que en la actualidad ensefia. En el caso particular que nos ocupa, el segundo principio se ha ensenado hasta hace poco como un dogma; ahora, como un resultado de calculo de probabilidades. El observador curioso se pregunta, con razcin, que es lo que se le ensenara más tarde. La mecanica estadfstica, da al segnndo principio un carácter esencialmente distinto del que le asigna la termodinamica clasica. Sin embargo, practicamente, el desacuerdo no esta sino en lo microscópico. Porque si de ese terreno pasamos al macroscópico, que es el que en realidad interesa al genero de evoluciones que el hombre tiene presente para la transformacion del calor en trabajo mecánico, (transformaciones estas, que son las de que nos ocupamos en estas notas), la mecanica estadística afirma que el segundo principio se cumple en toda su pureza en lo macroscopico en la mayor parte de los instantes, aun cuando en algunos instantes pueda no cumplirse. Estos casos los estima, sin embargo, tan improbables, que, practicamente, el hombre no los observara nunca.
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