REVISTA DE INGENIERIA DYNA

Palabras clave:

[No Consta]

Tipo de artículo:

ARTICULO DE INVESTIGACION / RESEARCH ARTICLE

Sección:

VARIOS

No hemos determinado todavía cuál es la naturaleza del hombre. No podemos organizar una Federación Mundial sin saber antes cuáles han de ser las unidades que la constituyan. Hasta ahora, sólo sabemos que pertenecen a cinco categorías: blanca, negra, roja, amarilla y bronceada. Sabemos poco más que nada. Por tanto, sin un común denominador, ¿cómo es posible que esperemos poner a todos juntos y que semejante conglomerado funcione? En el Estado mundial, ha de resolverse el problema de los antagonismos raciales y nacionalistas. Aparte el tamaño, el Gobierno del Mundo se ve ante un problema que ningún Gobierno nacional ha tenido que afrontar en las mismas proporciones. Además de las diferencias raciales y religiosas que también existen a menudo dentro de una nación, hay la creciente fuerza perturbadora de un nacionalismo moderno bien atrincherado, sólo comparable a los antagonismos raciales activos que a veces se manifiestan entre grupos de un mismo Estado. Pero los principios que se establecen con respecto a los antagonismos raciales y religiosos dentro de un Estado pacífico no pueden ser distintos de los que establezca un Gobierno del Mundo para los nacionalismos en competencia. La República de Suiza ha sido capaz de existir con todos sus grupos raciales y lingüísticos internos, de acuerdo con los principios de equidad, justicia y libertad para todos. Evidentemente, son las creencias comunes las que forman una nación común y sólo las creencias comunes harán un mundo común. Las creencias religiosas pueden diferir en una nación, pero, por lo menos, los judíos, los católicos y los protestantes de Norteamérica tienen ciertas creencias fundamentales en los valores democráticos y en los valores de la vida en general y, todos están dispuestos a creer que ninguno es mejor que los demás. Si el mundo ha de funcionar como una unidad, debe desarrollarse igualmen-te de modo fundamental la creencia de que ninguna nación es mejor que las demás.