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SEPTIEMBRE 1997 - Volumen: 72 - Páginas: 111-120
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Desde los años 70, a partir de las obras clásicas de Brill, Brothwell & Higgs , Young o Hours, quedó bien de manifiesto que la investigación arqueológica contaba con un apoyo y colaboración indiscutible en las ciencias y tecnologías aplicadas. Estas obras, como pioneras más conocídas, y otras muchas que a partir de aquí han seguido, dejaron de manifiesto que la Arqueología no caminaba sola en la búsqueda de una interpretación histórica del pasado basada en el estudio de los restos materiales de las culturas del pasado. Su lectura y análisis nos abrieron los ojos a muchos arqueólogos a la hora de valorar sus resultados en el trabajo de campo o en el laboratorio, al permitir estas herramientas tecnológicas extraer nuevos datos o valorar los disponibles desde una nueva perspectiva. Bien es verdad que la Arqueología es una ciencia histórica, con objetivos de análisis históricos de los períodos más antiguos de la vida humana y debe seguir riéndolo, pero con una idiosincrasia peculiar que le confieren tanto su propio método de trabajo, basado en el estudio de los restos materiales, como la interdisciplinaridad manifiesta en la actualidad. Así pues, dichos elementos de la cultura material antigua son observados y analizados desde ópticas diversas, haciendo posible la obtención de un corpus abundante de datos, revestidos sin duda estos últimos de una mayor objetividad. Con un sencillo ejemplo, puede quedar bien aclarada esta valoración. Si en el curso de una excavación encontramos un vaso cerámico o unos pocos fragmentos de éste (algo tan habitual por otra parte), podremos optar por recuperarlo desde presupuestos bien distintos: Extraerlo sin más, con el solo registro estrategráfico. Llevar a cabo sobre el vaso una consolidación previa y un sistema de extracción con molde de refuerzo para evitar su deterioro. Tomar in sito una muestra de un fragmento para ser datado mediante la técnica de TL, registrando además la radioactividad del entorno. Como podemos ver, ya desde el trabajo en el campo se puede pensar en conseguir resultados analíticos sobre el mismo vaso más allá de los posibilitados por la metodología tradicional. De este modo, tal como se comprobará en otros ejemplos que pondremos, el apoyo y la ayuda de la aplicación tecnológica puede comenzar desde el mismo momento de la excavación.
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