Buscador :
Volver al Menú
| : /
Vote:
Resultados:
0 Votos
FEBRERO 2003 - Volumen: 78 - Páginas: 23-34
Descargar pdf
CATEDRALES DE LA INDUSTRIA La margen izquierda de la Ría del Nervión ha constituido, desde finales del siglo XIX una de las mayores concentraciones industriales de Europa contribuyendo de forma fundamental a configurar las señas de identidad de la Sociedad vasca y a la percepción que de ella se tiene desde fuera. Los momentos de radical transformación y reconversión que se producen en ésta (como otras zonas industriales de toda Europa) cuestionan el futuro de toda una tradición productiva y de unas formas sociales que perderán vigencia. Las actuaciones urbanísticas que están previstas realizar sobre espacios y paisajes caracterizados por su dedicación industrial deben contemplar un entramado urbano capaz de conservar elementos y paisajes que mantengan en la memoria futura una imagen suficientemente evocadora del pasado. Un pasado que no nos ha legado ni grandes abadías románicas ni deslumbrantes catedrales góticas, pero del que se ha heredado un Patrimonio representado tanto por instalaciones fabriles y mineras como por las viviendas, los servicios públicos y el paisaje que se ha configurado en su entorno. Un Patrimonio constituido por edificios y máquinas de vida tan efímera como útil, que lamentablemente pierden su razón de existir cuando extinguen su función productiva, pero provistos en muchos casos de valores intangibles, proporcionados bien sea por su simbolismo y singularidad bien por su capacidad para aportar información. Aspectos éstos que deberían ser tenidos en cuenta en el momento de decidir sobre su conservación; especialmente con aquellos elementos que nos remontan a una era específica de Civilización y Desarrollo tecnológico, que, por estar basados sobre principios mecánicos, poseen alto valor didáctico al mostrar la comprensión de su funcionamiento de manera mucho más simple que sus análogos recientes asentados en la Electrónica. Elementos que constituyen, además, un valioso testimonio de las condiciones de vida de las clases subalternas y colaboran a la democratización de la Historia, compensando por otra parte los vacíos con frecuencia evidenciados por los documentos escritos. Desde un punto de vista estrictamente arqueológico, nada puede reemplazar la inestimable fuente de información que representa una fábrica antigua restaurada o dejada en su contexto original y, si es posible, social, pero la mayoría de las veces representa un esfuerzo inviable en nuestra realidad social y económica. Algunos intentos, hasta ahora frustrados, se están llevando a cabo en nuestro ámbito, en la Ferrería del Pobal y en la Fábrica de Boinas La Encartada de Balmaseda por citar los más próximos. Otra alternativa se encuentra en la selección de las máquinas y herramientas para su exposición en Museos que, observando criterios multidisciplinares y didácticos, no aíslen el objeto de su contexto para privarle de gran parte de su significado. En este terreno existen dos viejos proyectos museísticos, el Museo de la Técnica de Euskadi en Lutxana y el Museo Minero de Gallarta, ya abierto y en espera de la conversión definitiva. Por último, la reconversión de usos de viejos edificios industriales es perfectamente posible tanto desde el plano arquitectónico como financiero. A diferencia de muchas construcciones modernas, los edificios industriales ofrecen una imagen de solidez y permanencia que valoriza el paisaje urbano; y su conservación permite preservar técnicas y materiales de construcción imposibles de utilizar hoy en día. Además, los costes de materiales y energía son menores, reutilizan infraestructuras ya existentes y las labores, más cortas, se pueden realizar por fases y en mejores condiciones de confort y seguridad.LA MINERIA EN LA MARGEN IZQUIERDA DE LA RIA DE BILBAO A principios de los años 70 del s. XIX, la aplicación de la legislación general de la Monarquía termina con las restricciones forales que reservaban la explotación del subsuelo a los vizcaínos, facilitando la presencia de Compañías extranjeras en la propiedad de las minas. Contrariando los intereses de la Siderurgia tradicional vizcaína y por causa de la presión ejercida por las Sociedades extranjeras, desde los años 20 se venían exportando pequeños cargamentos de mineral hacia Francia e Inglaterra. El descubrimiento del convertidor Bessemer (1856) para producir acero por vía directa, en grandes cantidades y bajos costos, acabó por despertar el interés de la Siderurgia europea por las hematites vizcaínas. Este sistema sólo podía utilizar minerales de baja ley fosfórica como los que abundaban en la cuenca minera de Triano; el otro gran yacimiento no fosforado estaba en Kiruna (Suecia), demasiado septentrional y donde los hielos invernales planteaban problemas de transporte. Por otra parte, las mejoras técnicas en buques y puertos (en Bilbao se encauza la Ría facilitando las operaciones de carga de los buques y se construye el Muelle de Hierro de Portugalete para evitar la aparición de la barra de arena que con frecuencia dificultaba el acceso a la embocadura), así como el desarrollo de la navegación de retorno, favorecía el descenso de los fletes y la baja de los precios del mineral puesto en los puertos europeos.
Compártenos:
© Revista de Ingeniería Dyna 2006 - Publicaciones Dyna, S.L & Co-Publisher UK Zhende Publishing Limited
Órgano Oficial de Ciencia y Tecnología de la Federación de Asociaciones de Ingenieros Industriales
Dirección: Unit 1804 South Bank Tower, 55 Upper Ground, London UK, SE1 9EY
Email: dyna@revistadyna.com
Regístrese en un paso con su email y podrá personalizar sus preferencias mediante su perfil
Nombre: *
Apellido 1: *
Apellido 2:
Email: *