REVISTA DE INGENIERIA DYNA

Palabras clave:

informatica, ordenador, procesador de textos, hoja de cálculo,

Tipo de artículo:

ARTICULO DE INVESTIGACION / RESEARCH ARTICLE

Sección:

VARIOS

Voy a empezar este artículo con una caricatura: Suponga que Vd., Ingeniero Industrial, es director de una empresa de tamaño pequeño/ medio (digamos que entre 25 y 100 trabajadores). Imagínese tres situaciones perfectamente posibles:
1) tiene que renovar su ordenador, el de su mesa (Vd. es un usuario normal: procesador de textos, hoja de cálculo, de vez en cuando el correo electrónico –sobre todo para enviar ficheros-, se conecta a Internet y a veces utiliza el software de gestión administrativa de la empresa).
2) hay una decisión que tomar sobre un sistema de control distribuido para la sala de máquinas y el centro de transformación y
3) se va a informatizar la gestión de costos y se desea que los centros de trabajo tengan el grado de informatización necesario para que no sea preciso teclear los partes a posteriori. Muy bien, empecemos por el último supuesto, el de informatizar los costos con ‘captura’ de datos a pie de máquina: ¿A quién recurre y por dónde empieza? Fíjese que el problema, sin ser de gran envergadura, tampoco es trivial (cuando hay requerimientos específicos –y en este caso los hay: no querrá, por ejemplo, que sus operarios se pasen el día tecleando en un terminal-, el problema no es trivial). Si se dirige a los proveedores habituales, a los que hay en ciudades de unos 100.000 habitantes para arriba y venden PC’s, se encontrará con que nueve de cada 10 ni entienden de lo que les habla. Si alguno le oferta algo, se centrará probablemente en el hardware (la red local, el server, los ‘concentradores’, los hubs, cosas así…); puede que otro le hable de ‘una aplicación estándar’ de tal o cual fabricante -que él le instalaría en sus máquinas (en las que él le vende, claro)- y que le han dicho que funciona muy bien. En casi todos los casos, tanto si Vd. ha esbozado de palabra lo que quiere como si se ha molestado en hacer una pequeña reseña por escrito, lo que le ofrezcan (y, eventualmente, le enseñen), salvo que tenga Vd. más suerte que si le tocase la ‘Loto’, se parecerá poquísimo a lo que Vd. necesita.