DYNA JOURNAL ENGINEERING

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Aunque el sector del aluminio ruso está en auge, sigue siendo una industria de colosos fabriles cuya capacidad de producción se mantiene gracias a unos costes laborales, energéticos y de transporte muy bajos. La renovación técnica de las instalaciones es ya inaplazable. La Fábrica de aluminio de Samara ha apostado por los productos semifacturados para el mercado internacional, convirtiéndose en el mayor exportador ruso del sector. Ahora quiere conquistar el mercado nacional con chapas de pequeño espesor para latas de bebida, lo que obliga a elevar el nivel de calidad. Uno de los mayores talleres de laminación de aluminio de Rusia, denominado Nave 2, tiene 800 m de longitud, 150 de anchura y 18 de altura. El sol penetra a través de unas claraboyas en su interior, un bosque de tuberías, de rodillos de laminación, de contenedores “Transavto”, que esperan su carga, y de pilas de barras de aluminio. Los trenes laminan 500 t de barras al día. Esta nave forma parte de la Fábrica Metalúrgica de Samara (FMS), el mayor exportador ruso de productos de aluminio semifacturados. La FMS es una de las fábricas principales del Grupo industrial Rusal, cuyos 9.000 operarios fabrican miles de aleaciones, chapas y componentes para 29 países. En los años 90, la fábrica sobrevivió gracias a la amplitud de su oferta. El taller de Fundición, el taller de troquelado de barras, de chapas para perfiles, de tubos y de piezas de gran tamaño y el taller de esmaltado se extienden a lo largo de varios centenares de metros. Algunas de las máquinas son nuevas, pero otras tienen ya 40 años a pesar de lo cual siguen funcionando perfectamente. Es el caso, por ejemplo, de una prensa vertical de 23 m de altura, que, con una fuerza máxima de 75 t, es la prensa de aluminio más potente del mundo.