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DICIEMBRE 2003 - Volumen: 78 - Páginas: 49-54
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RESUMEN La posibilidad de que el reactor experimental de fusión nuclear por confinamiento magnético ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor) recale en España ha generado una gran expectación en la comunidad investigadora de este país. Este proyecto pretende demostrar la viabilidad de la fusión nuclear como posible fuente de energía del futuro. El emplazamiento escogido por la candidatura española ha sido Vandellós, que presenta, entre otras, características tan atractivas como son el emplazamiento, la existencia de una central nuclear en la vecindad (más un puerto de mar junto a ésta) así como el menor coste del proyecto si se realiza en nuestro país. En la actualidad, en el seno de la Comunidad Económica Europea se está debatiendo el emplazamiento final del proyecto. Las dos opciones, dentro de Europa, son Cadarache, en Francia, y Vandellós. Una vez realizada esta selección, la candidatura europea tendría que competir con las otras dos candidaturas posibles, como son la de Japón y la de Canadá. En el presente artículo, se hará una descripción somera de la fusión como fuente energética y las posibles vías actuales de investigación para alcanzar una fuente energética útil. Sea no sea elegida España como sede del ITER, deberíamos estar al tanto de no perder el tren de la fusión, cuya potencialidad energética es extraordinaria. La fusión nuclear es una reacción exoenergética de dos núcleos atómicos. La energía de la reacción proviene del defecto de masa entre los núcleos reaccionantes y los núcleos y partículas resultantes de la reacción. La conversión de energía viene directamente definida por la famosa ecuación de Einstein E = mc2. Para que una reacción de Fusión pueda tener lugar entre dos núcleos atómicos, éstos se deben acercar lo suficiente. Esto supone vencer la fuerza de repulsión coulombiana entre los dos núcleos, que como es conocido, se escala como la inversa de la distancia entre las cargas al cuadrado. Debido a las distancias microscópicas que se necesitan para que la reacción nuclear tenga lugar, las fuerzas de acercamiento de los núcleos deben ser enormes. Para hacerse una idea de la magitud de las fuerzas involucradas a la fusión, basta con alzar la vista en un día soleado. El Sol es el reactor de fusión que nos pone como ejemplo el Universo. Debido a su gran masa (principalmente hidrógeno), se producen unas fuerzas gravitatorias enormes, lo que produce una elevada densidad, presión y temperatura en su interior. La temperatura es lo suficientemente elevada como para que los electrones queden liberados de las fuerzas que los unen a los núcleos positivos por fuerzas coulombianas. Este estado de la materia es lo que se denomina plasma. Las altas densidades hacen que los núcleos se encuentren lo suficientemente cercanos, y junto con la elevada energía cinética, que permite que en los choques parte de la energía se emplee en vencer la repulsión coulombiana, hace que las reacciones de fusión sean posibles. En el caso del Sol, la reacción de fusión más común es la siguiente: 4•H1 + 2•e = H e4 + 2 neutrinos + 6 fotones + 26 MeV
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